Fuentes

Justo un paso después de tomar la curva del camino de aquél bosque tan mágico, de aquel bosque que cubría el camino con una cúpula agradable, que dejaba pasar discretos rayos de luz, se abrió ante mis ojos una vista maravillosa, pero no solo era la visión, era el sonido agradable del agua que brotaba de la misma piedra y caía en forma de cascadas, muchas cascadas, que hacían que el agua resbalase y crease un ambiente idílico. Era el olor fresco, tan fresco que daba la sensación de estar dentro del agua.

Yo y mi amiga nos quedamos unos instantes sintiendo aquello, la brisa que hacía bailar nuestro pelo, todo; hasta que, pasados unos instantes, empezamos a sonreír, sacamos la cámara, y nos pusimos a disparar fotos para intentar capturar aquello, aunque las dos sabíamos que en una foto no cabía más que una visión, que únicamente serviría para que, después de años, al ver la foto, nos acordásemos de la felicidad, de la naturaleza pura, del frescor y de todo aquello que solo cabe en la memoria.

Basado en hechos reales, esta fue mi reacción al ver las fuentes del río Llobregat, en Castellar de N'Hug. Las semanas anteriores había llovido mucho, por eso era realmente impresionante la cantidad de agua que había por todas partes.